lunes, 25 de junio de 2012

sábado, 16 de junio de 2012


PUTAS.


Reine aquel del zar en el cabrón de los cabrones y eternas vidas a las mismas que se montan de pierna en lóbulo derecho, sintiendo la sensación cogiente de las vulvas en sasón. Cada humedad destiende la multiplicidad en concordancia con los labios del vecino y siente con desdén la ebriedad somnolienta de los diálogos que no parió por la razón culposa de la posesión de su bigote. Ahí aparecen las firmas correctoras; en cada puñetazo mansalvero, en cada gente de tiempos bajos que recurre a las flácidas nalgas de las tías perfumadas de alcanfor, esa parienta mal parienta que se elonga enjuta con las risas de entre mes, disfraces de tamales y no me enteré jamás que un verde podía salir de un rojo por las magias húngaras de las semillas de sabrá el putas...

Putas, siempre putas, la gasolina del mundo, la más noble profesión jamás concebida por un ente social o impartidario (dudamos de la procedencia de la palabra), la apología de las costumbres adquiridas que crean dependencia, bahh. Un buen culo y un coqueto lóbulo derecho, la humedad creciente y las bardas puertas que se abren a las malas para partir en cinco a un par de inusitados que se palpan por mirar.

De lejos en lo que al resongar se refiere, la mistica cercanía de esos ladridos lejanos y una suave rigidez en los ojos del casero. Cada mutismo himnótico, teorías disidentes, bragas que se mojan y pupilas que se siguen dilatando, en una interacción pasmosa, reducida a la amplitud del químico personal o impersonal de las gargantas del deseo. Todos somos putas o violadas, por más varón o más berraco, por más decente o majadero. Se nos mira con apremio y nos degluten los ajenos en un ritual más que catequetico, más que canónico, más que propio; uno tan simple que es de hecho un ser en imperativo.

Haciendo entonces énfasis en el reclamo de fraternidad entre los ellos, apelo pues a la reivindicación, al nombramiento de las putas como eje magno de esta estructura sexocial intoxicada, a una identificación feaciente de lo que ha de haber estando, en los bramidos impetuosos de los canes suplicantes y la sed que nos confiere las ganas de una botella con algo fino, unos sendos cigarrillos y una puta suplicante en el reflejo de mi espejo que tu espejo, que eso soy a lo que somos.

La exitación es sinónimo de dilatación, que a su vez no es otra cosa que metáfora a la creación de espacios, a la creación de huecos que de hiancia y sopas instantaneas como el mal de coprografía y qué sé yo... sirveme otro !!!

Cuánto cobras y qué incluye?: Todo siempre a lo mismo, agujeros en sitios que denomina el común de los comunes como agujeros, creación de espacios y toda la mierda que se ha dicho... consecuencias de humedad y esa metáfora del respeto, como amor hacia lo estático; estar parado como un marica en el sitio que no es ni adentro ni afuera. El abrupto romancero con su credo más que sincero: Me vale vergaaa !! Otro símil de la aporía del irrespeto y por eso es que el hombre triunfa, que el hombre es el lobo del hombre y al final todo es la misma mierda.

Aún no me callo, no he pagado el rato y no me he comido ninguna concha como para que lo echen de esa manera:

  • Musak y a la mierda (Benedetti)
  • Ahí, pero dónde como? (Cortázar)
  • Cada quién hace de su culo un candelero (Papá).

Soy un agujero, en un sentido no convencional, uno que habla, uno con un alto fondo... presa de una mística que azota con locura esa puta dualidad... una exégesis de la vanidad.

Estas luces me sofocan, quisiera irme afuera para luego estar adentro, sacarla con su risita socarrona y hacer deleites deliberados; no solo es la existencia de los agujeros, sino la interacción entre los mismos lo que llena tras vacios, con esa piel morena y ese pelo indio que me llama... gané de cerca por un pelo que me encanta y será que el man me paga o me toca llamar a los impropios?

Ratos, agujeros interactuados, aromas filtrosos en los cuartos de lo que no se llama hogar, el apelativo de la casa no le llega a los talones, genial entre todo y sentido pésame a las víctimas de los ciderales que emergieron de la nada con frases rudas y una actitud más que maricona. El remedio y conclusión de cada trazo en un espacio siendo lo debido por lo pago, las risas y los ratos por las ratas entre dientes.

Se podría decir entonces que la satisfacción de un agujero reside en estar vacío, así como las vergas de los hombres y los clítoris de las mujeres, así como la necedad del mundo y las maravillas de los precios bajos. Y por más irrespeto que pueda llegar a proferise, simplemente, se pretende un cúlmen más que evidente, un sentido de preservación agujerística, la cilicidad de las cosas descosadas.