lunes, 30 de mayo de 2011

HOLOGRAMA CON NO MANOS.

Qué se opina de los lagartos cada vez que se derriten... seguramente no hay absolutamente nada que decir al respecto; son como los vampiros que saben a aguamiel. Cada vez que hace sol, los vestigios de los padres se hacen inconcebibles, se parten en átomos fluorescentes que redimen todas las culpas con la terapia de la carcajada. Inestable siempre se es, estaba, intempestuoso, usureramente recatado. Como los vampiros de agua miel. Salen a tomar el sol; consecuencia: Los raya; Corolario: Los ejecuta y los tiñe de parchecitos rojo-oscuro.


Qué se opina de los vampiros que saben a aguamiel... seguramente hay relativamente todo que decir al respecto; se recogen en sus cofres, su jofaina y se duermen taciturnos a la espera de su noche. No quieren ser ejecutados, no más. Cada despertar es el último de los primeros, nubes de plasma inundan su piel calamitosa, fotosensible, famelia de la noche y su primera esclavitud que se sopesa gramo a gramo en todo lo que les da la gana. Consecuencia: No les da la gana; corolario: Se devoran por su estómago.


Para qué todo este absurdo de lagartos de aguamiel que se derriten cada vez que se sientan en sus cofres al salir el sol. Irreverencia clandestina. El universo los alaga con la masturbación de su inconsciencia. Se hacen existencia pura, soslayada por el papel que hubo de parirlos mañana. Son vasos que deben permanecer inamovibles, se riegan, se esparcen por los mares de sustancias varias; se evaporan por los sifones al descamarse con los complementos. Qué bucle de almas varias... que botella desadentrada, desafuerada, descualquierada... por ende objetiva. Un nacimiento de dos encías hinchadas, desbocadas en cigarros y multiplicadas por su flotante humareda en el contenedor del vaho diluido. Marcado, para evitar los regaños y/o retos de su elocuencia difundida.


Grande goce del ser incomprendido... ergo consecuencia y resultado de la excusa de su comprensión. Metáfora insinuante de delicias que se emanan en aletas, colmillos y otro apéndice que no aparece pues se hace de día y el cofre ya lo aguarda. Sencillamente son entes nocturnos, que al ser diurnos refutan la noche para empalagarse con los villancicos de la luna regordeta que exuda insultos para quemarlos con sus irradiaciones. A fin de cuentas es ladrona y nos le ataca con botín ajeno, le pensó mañana y lo putió con sus no manos de niño anciano. Des-ser, no-lagarto des-vampiro. Antígona de batallas, cascabelera y no supimos que será.


Lagarto, oye a tus padres derretidos, son verdes como el caldo en el que nadas. Dile que ya los odias por todo lo que te amaron. Des-ámalos y llévalos a la existencia plena por las vías de la omisión. Des-piensalos, chúpales la sangre como el hematófago que te dicta. Ríete de lejos y siéntense de lejos con la botella de ese vino que no se encuentra sino en las venas de los mercados de los chinos. Úngete con la monotonía peregrina del lagarto, pues lagarto ya des-eres, te vives vampiro... la vida es de no vivir.


No lo decimos yo... lo dicen las encuestas.


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