jueves, 16 de septiembre de 2010

NÁUFRAGO.


Se sumerge entonces en plásticas

piezas remembradas en suspiro inocuo

de carencias voluntarias.


Un error... efímero;

les recuerda a todos los yo

que la perpetuidad es frivolidad

con pan y mermelada.


Los conceptos esmerilados

desdibujan los holocaustos

sin dar previo aviso a sus

detractores, para negar lo que sucede,

entre los gritos y consignas

de los cientos, de los miles,

de los nuncas, de los somos.


La nostalgia y sus hermosas

ambigüedades color de piel

y luz de media noche; tan escasa

como la dualidad entre tormenta

y desazón.


Mas sazón es menos,

sustraída a pixelazos

en sus écrans... sus toi.

THE RIVER KNOWS.

Aquí tembloroso
por fin asiente
un resuello intrigado en
reminiscencias profusas
de un toque delicado
entre yemas que se mecen
una a una tras de sí,
implorando los candores
de un impar suspiro.

Cada segundo ha
de ser expelido por los
poros de color sonrisa
y olor nocturno, pues
es en medio de sus sienes
que se abdica a la pos
de un descaro
enmascarado en atemporales.

Un sórdido sí, tapizado
con sonrisas de un cabello
que se cae, de un espasmo
que se evoca.

Siempre se impide el
paso al lapso:
Se permite el desenfreno
estipulado por sus normas...

no las mías.

Gozar de un feliz desvelo,
intravenoso, antiofídico...
en resta inmarcesible,
irresoluto.

No se conocen,
se hacen conocidos por
la omisión de un fútil
recuerdo futurista....
un... ya no!!

domingo, 5 de septiembre de 2010

WHITE DUST.

Son cuarenta y nueve imágenes en simultáneo,
Era ya de noche y brillaba en su palidez,
cada imagen... fulgor de un segundo,
Sus ojos, patente desorbitada; indagaban por omisión,
una vida infinita, irrespetando la calamidad de las culpas,
perdíase una perfección, inmaculada,
al decirse encantada,
todos cuadros, piezas remembranzas,
por un decamerón de especulaciones,
sin dejar el recinto, templo de autocomplemento,
un bouquet de ensueño, brillo de fina opacidad
e impensada silueta,
fundido para siempre en el súbito decantar,
de arribo al centro punto; huésped de sus labios,
transmutacia via el descaro de un verbo,
razón de un simple abrazo,
de un tiempo propincuo... en resta ubicuo.
un escape celestino, una noche, un destino.