jueves, 16 de septiembre de 2010

THE RIVER KNOWS.

Aquí tembloroso
por fin asiente
un resuello intrigado en
reminiscencias profusas
de un toque delicado
entre yemas que se mecen
una a una tras de sí,
implorando los candores
de un impar suspiro.

Cada segundo ha
de ser expelido por los
poros de color sonrisa
y olor nocturno, pues
es en medio de sus sienes
que se abdica a la pos
de un descaro
enmascarado en atemporales.

Un sórdido sí, tapizado
con sonrisas de un cabello
que se cae, de un espasmo
que se evoca.

Siempre se impide el
paso al lapso:
Se permite el desenfreno
estipulado por sus normas...

no las mías.

Gozar de un feliz desvelo,
intravenoso, antiofídico...
en resta inmarcesible,
irresoluto.

No se conocen,
se hacen conocidos por
la omisión de un fútil
recuerdo futurista....
un... ya no!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario