Pensar por momentos en la inapetencia...
efímera congoja de apetencia hacia mí mismo.
Empero nunca se recurre a los ministerios,
evangelios u otra parafernalia de ortodoxia;
sencillamente la gana no da y se llena de
polleras salameras.
Sentirse lejos aún estando cerca,
una jitanjáfora intermitente, burla
loca de falaz siquiera, carpa en vera
de una voz que no me habla; la cabeza
se me parte.
Si se pudiera no poder,
un retroceso en sordo embrollo...
Y tú que no me miras, por qué no te has ido?
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