viernes, 21 de agosto de 2009

FUMAR...

Fumar todo lo que no es debido,
fumar porque sí,
fumar por aquella, aquel, aquellos.

Fumar las panegíricas alas
de un febril Jose Arcadio,
fumar el alma herida
de cara al cielo entrecortado.

Fumar porque se es,
porque no se es,
caer por fumar
y fumar en la caída.

Y seguiré fumando
hasta que tenga como hacerlo,
hasta que haya como inhalar
la bocanada de ese mundo entabacado,
alquitranado y esterilizado
de la vida árida y tumultuosa.

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