domingo, 14 de marzo de 2010

NATALICIO


Es inefable ver carencias en

esbozos fatuos de carácter inmarcesible.


Las ambivalencias ya no saben

desvirtuar la cara del sí mismo

frente a su frenético yo...

en dos personas, en una;

jamás en ninguna.


Desafiar lo de siempre

en pro de una escalinata,

en contra de una sábana chata,

al centro de ese cosmos

que obnubila e hipnotiza

la garganta deseosa de cigarrillo.


Como romper esquemas

si del molde solo manan

las lágrimas a risotadas,

los espasmos canallas,

de un abúlico calipso.


Si, si y si; calipso,

que contorsiona la

dicotomía, que elonga

la memoria y copula

con la ridiculez.


De todo eso...

algo nacerá.


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